Descripción
Una receta medieval
La historia de las ‘galletas de hierro’ la sabe bien este joven empresario: “el todopoderoso Monasterio de San Benito de Sahagún, allá en la Edad Media, no permitía a los habitantes de la villa fabricar pan o dulces en otros hornos que no fuesen los del propio monasterio, cobrándoles así los impuestos correspondientes. El pueblo, que hizo gala de su ingenio, acabó por fabricar unos moldes de hierro dulce que, puestos al fuego, daban consistencia y doraban la pasta. Las materias primas eran propias de la zona, si bien el punto de vainilla es legado de la comunidad musulmana que aquí se asentó”.